Intenté olvidarte. De hecho creo que lo conseguí. Estoy prácticamente segura. He estado con más gente. Tú también, y no ha parecido importarme. Ya no pienso en ti cada noche, ya no me viene la imagen de tu cara en cualquier momento de debilidad. No echo especialmente de menos hablar contigo, escucharte, escribirte. Te veo y puedo sonreírte sinceramente, como a cualquier otra persona. Puedo oír hablar de ti y no derrumbarme, ni siquiera entristecer. Simplemente escuchar y pensar: "oh, yo también conozco a ese chico". Se podría decir que he pasado de página.
Pero eso no quita que me acuerde de ti cuando escucho ciertas canciones, cuando echan una película que sé que te gustaba, cuando veo tu conversación en el móvil y en mil ocasiones más. Olvidar a una persona... no es fácil, pero es que
olvidar los recuerdos es imposible.
Bueno, y es que de hecho no quiero olvidarlos. Quiero guardarlos conmigo, llevarlos como una parte de mí. Me gusta acordarme de vez en cuando y pensar lo feliz que fui en ese momento. Pensar lo bien que me lo pasaba, lo que me reía a tu lado. Y aunque se acabó, recordarlo con una sonrisa. Quedarme con la parte buena y sacar fuerza de la parte mala, aprender de los errores que cometí para que no vuelvan a suceder, y sobre todo,
saber que tú también fuiste feliz a mi lado. Eso sin duda es mi parte favorita.
Y es que a pesar de todo aún no sé que es lo que pasó
si tu y yo éramos tan felices
si tu y yo éramos indestructibles...
M
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